martes, 4 de octubre de 2016

9.-Tras los sepulcros de Pilar y Ángel Zamorano (yII)

Continuación...

Efectivamente, nadie podía encontrar la tumba de Ángel porque no tenía lápida. 

Desconocemos si algún día la tuvo, pero lo que si está claro que igual que hicimos con la lápida de Hilario, estoy dispuesto aunque sea a pintar a mano un epitafio.

Pilar Páramo y Aguilar:
Fue la segundogénita y mayor de las hijas de D. Salvador Páramo y López y Dª Carmen Aguilar y Vela.
Nació en Madrid en la casa de Embajadores 26 donde en 1860 tenía su padre el taller de escultura.
Se casó en 1886 con Ángel Zamorano y Alcaide que era discípulo de su padre y trabajaba en su taller; seguramente de verle por allí... del roce viene el cariño. Además mi bisabuelo como se decía era "un real mozo". 
Tuvieron ocho hijos de los que sobrevivieron seis: Ángel, Antonio, Jesús, Pilar, Francisco y Amparo. Ya hemos visto que murieron de niños Mª Milagro en 1901 y un niño llamado José María en 1895.(que también está enterrado en San Justo y no hemos localizado).
Pilar murió en 1926 a los 66 años en la casa de la calle de Segovia nº 10 y según su partida de defunción fue enterrada en el Cementerio de San Justo.

Después de hecha esta brevísima reseña de mi bisabuela, seguiré describiendo las peripecias de una búsqueda.

A continuación mi prima Ángeles y yo, fuimos a buscar la tumba nº 78 perteneciente a Pilar Páramo Aguilar, pero mucho intuía yo que iba a ocurrir tres cuartos de lo mismo.

Inscripción en el registro de enterramientos correspondiente a la tumba nº 78 de "patio"

Pilar ni siquiera estaba enterrada con sus coetáneos, sino que lo era en un "hueco" que dejo el traslado de un cuerpo a otro cementerio y ni siquiera cerca de su marido. 

Nos explicó el Sr. Pino que dependía de las diferentes Congregaciones de enterramientos asociadas a la Sacramental a las que pertenecieran los afiliados. En este caso la del "Cristo de la Agonía" enterraba donde había "hueco", siempre cuatro por sepulcro y la lápida corría por cuenta del abonado.
Por eso mi bisabuela está enterrada junto con difuntos enterrados diecisiete años antes.

A ella tampoco pienso que la pusieran una lápida; por otra parte, al ser el último cuerpo enterrado no creo que la hubiesen quitado al enterrar otro cuerpo, como pudo ocurrir hipotéticamente en el caso de Ángel, ya que fue el primer cuerpo de su tumba y de la manera que pusieron las otras lápidas sólo caben tres.

La verdad es que no me explico por qué sus hijos no les pusieron una sencilla lápida. Ángel, Antonio, Jesús, Pilar, Francisco y Amparo no creo que viviesen en la indigencia si observamos sus currículos...(entre ellos mi abuelo que, aunque era el hijo pequeño en 1926 ya estaba casado y trabajando en casa de D.Tomás Allende). En pequeño descargo, diré que en 1926 también vivían Concepción e Hilario Páramo hermanos de Pilar...

Sencillamente como decía mi padre: "somos Zamoranos" es decir descastados hasta la médula, y esto de los enterramientos y de ir a visitar cementerios como que no nos va mucho. 

Lugar dónde se debería de encontrar la lápida de Pilar. Las otras dos pertenecen a Filomena y a Francisco.
Evidentemente, nosotros encontramos el lugar gracias al libro de registro, si no, sus últimos lechos habrían pasado para siempre al olvido.

También hay que decirlo, que para poder leer los nombres de estas lápidas, estuvimos barriendo tumbas llenas de polvo y arena con un cepillo roñoso olvidado que nos encontramos por ahí. 
Y trasladé la escalera que se ve en la foto y que desde hacía tiempo no se movía de encima de la tumba 78...

Desde la dirección de la Sacramental nos han dicho que esta zona va a ser remodelada en unos años, y que sabiendo exactamente en dónde están Ángel y Pilar podríamos llevar (lo que quede de sus restos) junto con alguno de los muchos Páramos que reposan en este Camposanto.

Espero que cuando así suceda nos avisen y podamos sacar del olvido a estos parientes "sin lápida" aunque sea de "ocupas" con otros familiares.


lunes, 3 de octubre de 2016

8.-Tras los sepulcros de Pilar Páramo y Ángel Zamorano (I)

En la última entrada ya comentamos nuestras pesquisas para encontrar los restos del primogénito de Salvador.

Ese mismo día 14 de julio, después de encontrar dónde reposaban los restos de Salvador Páramo Aguilar y de su mujer Mª Engracia de la Torre, - junto con dos niños de la familia- nos dispusimos a buscar las dos tumbas que faltaban en nuestra lista.

Estas eran las de mis bisabuelos Ángel y Pilar.


D.Ángel Zamorano y Alcaide, madrileño, nació el 1 de marzo de 1858 en la plaza del Alamillo y murió en Madrid el 9 de marzo de 1921, en la casa de la calle de Segovia nº 10, donde tuvo su taller durante más de treinta años. 

Fue discípulo y yerno de Salvador Páramo y López, cuyas obras se confunden con las del célebre imaginero Alonso Cano. 

Ángel siguió la tradición familiar al casarse con Pilar, hija mayor del maestro. Heredó su taller y continuó con la labor imaginera realizando muchas obras que, por poco publicitadas, no dejan de ser importantes en la iconografía madrileña. 

Recuerdo que mi padre me decía cuando era pequeño: "En la Almudena hay un Cristo Yacente en una urna que es de mi abuelo Ángel". Y efectivamente allí estaba cuando le redescubrí en 2012: incognito y olvidado..., pero esa es otra historia.

Pilar y Ángel, tuvieron ocho hijos de los que sobrevivieron seis; de ellos, Jesús Zamorano y Páramo (Madrid, 1891; Paracuellos,1936), fue su discípulo y Francisco (Madrid, 1897; Madrid 1958), mi abuelo.

Según el correo que nos envió la Oficina de la Sacramental, deberían estar enterrados en 



Así que nos fuimos a la sección 4ª del Patio de Sta Gertrudis. 
No es fácil moverse por este Campo Santo, tiene muchos patios, niveles, nichos, galerías...
Gracias a un plano que tenía Ángeles nos pudimos orientar y al final dimos con la galería que se suponía era la Central de la sección 4ª.
Allí nos encontramos unas galerías en remodelación y unos nichos a los que le faltaban muchas lápidas.

Fuimos mirando en el suelo, que eran las de "Patio" y no nos cuadraban las fechas, no encontrábamos nada... dimos una vuelta y otra. Miramos los números de la pared, pero nada...los del suelo no nos coincidian los números con las fechas. 
Según las explicaciones las tumbas deberían estar 


Pero allí no aparecían sus lápidas.

De nuevo, fuimos a buscar la tumba 14 en el suelo y allí nos encontramos dos lápidas que no eran las de Ángel con fechas muy próximas. 

Volvimos a la Oficina y volvieron a mirar en los libros, y al comparar los datos nos dimos cuenta que allí estaban...



Luego... no encontrábamos a Ángel, sencillamente 
¡Porque no tiene lápida!

Continuará...