martes, 11 de agosto de 2015

6.-En busca del PARIENTE perdido

LOS PARIENTES PERDIDOS Y HALLADOS POR CAUSA DE SALVADOR...


Quizás te haya interesado por cualquier circunstancia este blog, y seguro que lo has leído.
¿Como es posible que parientes de Salvador después de cinco generaciones nos hayamos reunido para celebrar su funeral después de 125 años? 

Pues te contaré una cosa:
Los que aparecemos en alguna foto de grupo, salvo los familiares directos no nos conocíamos y, algunos de nosotros aún siendo parientes en segundo grado, ni habíamos oído hablar unos de otros.
Ángeles y yo nos conocimos por casualidad. Yo había subido el artículo de Salvador a la Wikipedia y, me equivoqué de foto, poniendo por error la de su yerno Ángel Zamorano (mi bisabuelo) y alguien me escribió. Resulta que ella también era tataranieta y me envió la foto correcta. Las fotos de Salvador y su mujer Carmen, habían estado siempre en su casa familiar.

Entablamos una cordial amistad de familia y después, descubrimos que mi padre y su madre eran primos y que Ángeles (madre) veraneaba allá por los 40, largas temporadas en el chalé que tenían mis abuelos Paco y Hortensia en Guadarrama...¡vivir para ver!
Ítem más: en noviembre de 1938, su abuelo, libro a mi abuelo paterno (eran primos hermanos) con su aval de morir fusilado en la checa de Porlier, y yo lo sabía por el expediente que conseguí de su encarcelamiento en el que venía su aval y toda la declaración. ¿Es increíble o no? Fue entrañable cuando fueron a ver a mi padre y se volvieron a ver casi cincuenta años después.

Pues otra Ángeles, esta vez no Páramo sino Zamorano, era prima hermana de mi reciente difunto padre; yo la he conocido por casualidad hace muy poco y ella creo que no había vuelto a saber de su primo hermano (mi padre) desde los años cincuenta. Faltaba en la celebración mi tío de Jerez, que quiso pero no pudo estar por razones obvias de espacio-tiempo. Vino un día a Madrid y le pusimos al corriente.

En fin así nos hemos vuelto a juntar Páramos y unos pocos Zamoranos, aunque aún faltan los Arnaiz, la otra rama de los tres descendientes directos de Salvador.
Ya se unirán si lo desean al grupo y retomaremos (el que voluntariamente quiera) un par de generaciones o tres después, la relación familiar.

Así que si tú, tu cónyuge, tus padres, abuelos o bisabuelos se apellidan: Páramo, Arnaiz, Zamorano, Rey, Primo, González, Gómez, Acero, Jiménez, Delgado... y te han contado que tu bisabuelo, tatarabuelo o un antepasado era escultor, o que desciendes de los Aguilares que se reúnen cada cinco años en Cubas, tienes muchas posibilidades de pertenecer a este rico árbol (y/o al de los Aguilares), ya que Salvador estaba casado con Carmen Aguilar y Vela de la rica y blasonada casa de Embajadores 18.

Estamos casi terminando el descemtorum o árbol de descendientes, pero no todos nosotros estamos "encuadrados"... sobre todo los "Zamoranos".

Escribenos a acispaz2014@gmail.com  e incorpórate a este grupo de familiares y amigos para celebrar y rememorar la vida y obra de un gran hombre, abuelo y escultor:
D.Salvador Páramo y López "el último imaginero"   


Salvador Páramo y López hacia 1860

Juan Carlos Zamorano Guzmán (1962)
es tataranieto del imaginero, descendiente de su hija Pilar y marido, el también escultor Ángel Zamorano.

  


viernes, 1 de mayo de 2015

5.-UN SELLO DE CORREOS

EL SELLO DE CORREOS DEL 125º ANIVERSARIO


Como aficionado a la filatelia siempre me han gustado los sellos clásicos de grabados o de huecograbado que reflejaban personajes ilustres de la vida social.
Por ello yo quería hacer un sello de correos en el que figurase mi tatarabuelo, una persona poco conocida por diversas circunstancias y que se merecía estar en la filatelia, aunque sea la particular.

Por ello acudí al programa que tiene Correos para poder confeccionar un sello propio de curso legal.
Después de enterarme de todos los pasos que se necesitaban, me puse a diseñar el prototipo. Así que, ¡oh! asombro de muchos y estupor de mi prima, con el "Paint" (el cual no se me da mal como puede verse) me puse a ello.

DESARROLLO DEL PROTOTIPO

Quería que el sello fuese clásico y para ello escogí una foto de Salvador, la que me envió mi prima Ángeles, que está tomada cuando ya era un reputado escultor.

Fotografía tomada de la que siempre estuvo en casa
 de las tías Carmen y Julia Páramo Laina nietas del escultor.


                                               
Pensé en añadir -a un sello apaisado- alguna de las obra más importantes de Salvador y para ello escogí la imagen del Cristo que siempre fue confundido con uno de Alonso Cano y que fue vilmente destruido con la Iglesia de Antón Martín en la Guerra Civil de 1936.


Esta es una fotografía tomada por "La Ilustración Católica" en 1913,
sobre la exposición que se realizó con motivo del 1600 aniversario del "Edicto de Milan".

El conjunto (necesitaba girar la imagen de Salvador) me quedó muy abigarrado y con una información que, al imprimirse el sello, sólo se podría ver con lupa.





Así que, sin recurrir al minimalismo, rediseñé el boceto componiéndolo sólo con la imagen de la fotografía y añadiendo una información más concisa:

Su nombre, año de nacimiento y defunción y "125º Aniversario".

También quise añadir el lema «El último imaginero», apodo que le puso el periodista de la Mata Carriazo en 1921, al escribir el artículo de la revista "Arte Español"(1927)
  

                                              

Quedaba la información poco equilibrada y aún muy pequeña. Agrandé las letras, volteé de nuevo su imagen para dejarla como la foto original y recoloqué los datos, pues me parecía aún todo muy pequeño.




Como quería que se viese -y supiese- que era madrileño, pero no me cabía la palabra "madrileño" por ningún lado sin saturarlo, busqué en Internet un escudo antiguo de Madrid y virándolo al sepia obscuro, lo añadí al hueco superior derecho, haciendo un poco más pequeña la imagen y perdiendo algo de enfoque y temperatura para darle un aspecto más equilibrado.

El resultado final que tendría el sello sería este:




A continuación, y satisfecho del diseño, entré en www.correos.es y, después de rellenar unos formularios y pagar un Congo, les envié el prototipo final. 
Al cabo de muy poco tiempo me remitieron a casa -por mensajero- un pliego de 25 sellos de tarifa "A" (nacional):

Foto del sello enviado por Correos.

El resultado espectacular, pero al hacer la foto (también lo escaneé y fue peor), Correos debe de emplear algún tipo de "truco" para que el escaneo o la foto resulten de una calidad inferior (para no poder falsificarlos debe de ser).

¡Ya teníamos nuestro sello!


ESTUCHE PARA GUARDAR EL SELLO.


Con el fin de poder repartir el sello entre los asistentes al evento del 125 aniversario, y que al final no se estropease (el sello es de los modernos autoadhesivos) pensé en confeccionar también una especie de "carterita" donde colocarlo y preservarlo.


Para ello utilicé unas viejas cartulinas de hace sesenta o setenta años (que compré en el rastro en un "Outlet" de una vieja papelería en cierre), que una a una fui imprimiendo en la impresora sobre un diseño simple aunque lo suficientemente "clásico" para que estuviese acorde con el propio sello.



Tapa de la "carterita". 
El rostro del Cristo es el de Páramo de 30 cm.
catalogado con el nº 57 por De la Mata Carriazo y en posesión de la familia.

Reproduce fielmente el que se encontraba en Santa Isabel.
                                       
                                              Trasera-
                                                 Escudo de Madrid con los tres linajes
                                                con descendencia de los hijos de Salvador: Arnaiz, Páramo y Zamorano

Interior de la carterita donde, por medio de
 unos cortes angulares en la cartulina, va colocado el sello de correos.

El conjunto que regalamos a los asistentes como recuerdo de aquel memorable día estaba compuesto de la carterita y el tarjetón-recordatorio en un sobre de visita.


El trabajo ha sido largo y laborioso, quitándome algunas horas de sueño y de estudio, pero sin duda, ha merecido la pena. 


Redactado, diseño e imágenes de Juan Carlos Zamorano Guzmán.MMXV



Si quieres visitar el porqué y el relato de la celebración del 125º aniversario 






miércoles, 29 de abril de 2015

4.-El día del aniversario (y III)

Otra foto de la tumba, las flores y los familiares.

Después del responso y de los arreglos, nos fuimos de vuelta hacia la entrada, donde ya se había despejado el gentío de dos entierros anteriores.

Cogimos los coches y nos fuimos todos juntos a comer. Elegimos un sitio castizo justo al lado de la ermita de San Antonio de la Florida, la conocida casa Mingo.

Viandas típicas de Casa Mingo
El edificio de Casa Mingo, al lado de la ermita de San Antonio (que me parece precioso y castizo)

Repartiendo la tortilla y poniéndonos ciegos.

Allí estuvimos un largo rato degustando unos exquisitos platos, el tiempo que amenazaba lluvia a cántaros, aguantó como un campeón pasando todos un día estupendo e inolvidable, sintiéndonos muy agusto con nosotros mismos por haber sacado por un momento a nuestro antepasado del olvido.

Todos (excepto el de la cámara) posando para la posteridad. (de izq. a derecha alrededor de la mesa: Tataranieta, biznieta, chozna, chozno, tataranieta, tataranieto político, biznieta, biznieta y biznieta política). 

¡No se merecía menos!


Los organizadores os damos las gracias por vuestra lectura y comentarios.

Ángeles y Juan Carlos, tataranietos (nietos de primos hermanos)


¡OJO!

Si quieres ver el sello que hemos editado para su aniversario 



3.-El día del aniversario (II) (Homenaje ante el sepulcro)

Monolito a la entrada de la Sacramental e inicio de la subida a la Capilla

Después de la misa-funeral y una vez despedidos del capellán, dimos un agradable paseo por entre los diversos patios que forman la Sacramental y que hay que atraversar para llegar a la zona donde está la tumba de nuestro ancestro, Salvador Páramo y López.

Plano de situación del Patio de Santa Gertrudis


Patio de Santa Gertrudis 1ª Sección (foto webSan Justo)

Cuando llegamos a la tumba, cuyo acceso al estar entre dos filas es muy angosto, nos dimos cuenta que acababan de enterrar a alguien en la tumba de la derecha, con lo cual la nuestra estaba llena de tierra, restos de la que habían sacado de la fosa vecina y además tenía rayajos producidos por las palas de los sepultureros al intentar recoger y volver a rellenar el foso.
No obstante, con unas ramas que encontré por allí pude "barrer" esos restos (al estilo del pueblo) y dejarla más o menos en un estado aceptable.
Lápida de la tumba de Salvador Páramo
 con el centro de flores confeccionado para la ocasión

Después, Ángeles depositó el precioso centro que había confeccionado y rezamos la oración de un folleto que el capellán nos había dado a la salida de misa.



Rezo ante el sepulcro
Reunidos para el responso y puestas las flores


Si quieres saber qué más aconteció ese memorable día 
PULSA AQUÍ



lunes, 27 de abril de 2015

2.-El día del aniversario (I) (Misa-Funeral)

Entrada a la Sacramental de San Justo por el paseo de la Ermita del Santo (foto web S.J.)

El sábado 25, nos reunimos en la Sacramental de San Justo algunos antepasados de Salvador Páramo y López para conmemorar el 125º aniversario de su fallecimiento ocurrido el día 25 de abril de 1890.

Antes de la ceremonia, estuvimos hablando con el capellán para ultimar los detalles de la misma. 
Patio de San Miguel con la Capilla al fondo (foto web S.J.)


Altar Mayor de la Capilla de San Justo (foto Bruna)
Una vez reunidos todos en la capilla, el sacerdote dio comienzo a la misa y una vez efectuado el Introito me dirigí al atril de la Epístola para leer un panegírico que nos situase en el entorno que queríamos celebrar. 


Leyendo las lecturas y el Salmo (foto Bruna)


PANEGÍRICO

                                                     (Escrito para el evento por Juan Carlos Zamorano Guzmán tataranieto del Escultor)

I

«La tradición humana de orar por los difuntos, por el bien de sus almas, y la de sus familiares y allegados que en la Tierra han dejado, entronca en nosotros los cristianos presentes por la herencia espiritual de aquellos paleocristianos, romanos convertidos que sentían que la persona y su alma pervivían mientras que su nombre fuera recordado por sus familiares y se orase por su alma y este intercediese ante el Ser Supremo.
Por esto mismo estamos aquí hoy reunidos: para rezar por el alma de aquel bisabuelo, tatarabuelo o re tatarabuelo que hizo posible que hoy estemos todos aquí sus descendientes, familia en primer, segundo o tercer grado pero todos, con una porción del ADN de Salvador Páramo y López.
Seguramente el abuelo Salvador, humilde y poco amigo de celebraciones; muy religioso y entregado a su familia, estaría contento de esta sencilla ceremonia para acordarnos de él y conmemorar el centésimo vigésimo quinto aniversario de su fallecimiento. Nunca es tarde. Allá arriba, seguramente, no existe el tiempo.
II
Me gustaría resumir en unas pocas palabras su vida, desconocida hasta ahora, para la mayoría de nosotros.
Fue  Salvador, hijo de la madrileña Dª Nieves López del Pozo y de Don Hilario Páramo y Torres, oriundo de la ciudad de Burgos y funcionario nacional de Loterías, un puesto excelente en aquellas fechas, que le permitía tratar con lo más granado de la Corte.
Tuvo Salvador tres hermanos más, destacando Regino que fue pintor de Historia y que posee una extensa obra.
Salvador pronto destacó como artista y con 19 años ingresó en La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Después de recibir junto con Mariano Bellver, los rudimentos de la imaginería, entró a trabajar en el taller de éste. Allí estuvo muchos años hasta que se estableció por su cuenta.
Se casó a los casi treinta años con Dª Carmen Aguilar y Vela, hija del Capitán de guardias de Corps, D. Francisco Javier de Aguilar-Anchía y Mendoza de la distinguida familia hidalga de los Aguilar-Anchía que vivían en el caserón blasonado de la calle de Embajadores 18, fue derribado por la piqueta municipal hace unos años.
Seguramente ambos, Salvador y Carmen se conocieran al coincidir en la Iglesia de San Cayetano, pues en esa época, Salvador vivía con sus padres en la vecina calle del Oso. Se casarón en 1858.
Aunque la tatarabuela Carmen dio a luz trece hijos, solo le sobrevivieron siete: tres hijos y cuatro hijas. De sólo tres de ellos, de Pilar, de Loreto y de Miguel descendemos todos, pues fueron los únicos que tuvieron familia. De los hijos vivos del matrimonio;
  1. El mayor, Salvador fue ingeniero de la Armada y llegó a General de División, se casó dos veces pero no tuvo hijos.
  2. Pilar la hija mayor, se casó con Ángel Zamorano discípulo de Salvador y a la muerte de éste heredó su taller; tuvieron siete hijos.
  3. Concepción se quedó soltera y está enterrada con sus padres en la tumba que después veremos.
  4. Loreto, que hacía las pestañas de las esculturas y era la más mañosa, se casó con Luis Arnaiz y tuvo dos hijas.
  5. Miguel se casó con Juliana y tuvieron ocho hijos, aunque sólo tuvo descendencia Juan, primo hermano de mi abuelo Paco que en Guerra le libró de la cárcel y seguramente del “paseíllo” con su aval.
  6. Ramona murió con seis años.
  7. E Hilario el pequeño, se casó también dos veces como su hermano mayor. Tuvo tres hijos que murieron pequeños y tampoco tuvo más descendencia.
De Salvador y Carmen, en fin, descendemos –contabilizados a día de hoy- seis hijos, diecinueve nietos, casi treinta bisnietos, alrededor de sesenta tataranietos y un número de choznos o retataranietos que no hemos conseguido determinar, porque la familia está dispersa, los datos perdidos y no hemos alcanzado a contabilizar toda esta quinta generación.
 III
El día de la muerte de Salvador, un 25 de abril de 1890, viernes para más señas, Carmen su mujer, contaba a su hijo Miguel ausente en Filipinas, los últimos momentos de su padre:
«Hijo mío has perdido un padre que era un santo y según su vida ha sido la muerte, recibiendo todos los sacramentos; y me queda el consuelo de que no le ha faltado de nada, ni de cuerpo ni de alma. Todos estuvimos de rodillas alrededor de su cama hasta que expiró.
Ha estado 5 días malo con calenturas catarrales reumáticas y tuvimos la desgracia que se le fijó el reuma al corazón.
Nada me ha quedado por hacer, pues en el momento que Don Félix me dijo que estaba grave, dije que quería ir a junta con el mejor médico que hubiera, pues yo quería poner todos los medios posibles para salvar la vida de tu padre, que ha sido un ángel para mí, lo mismo que para todos sus hijos.
Pero por desgracia la junta dijo que no se podía hacer nada más que lo que había hecho el médico de cabecera y que desgraciadamente no tenía remedio»
Yo creo que estas pequeñas líneas entresacadas de esa correspondencia, nos hace ver cómo era Salvador.
Ese mismo día, su primogénito Salvador, estaba de travesía, volviendo desde Filipinas a España, donde desembarcó el 5 de mayo.
No pudo ver a su padre con vida, ni Salvador padre pudo conocer a la reciente mujer de su hijo.
Dejó un gran vacío y Carmen su viuda le sobrevivió casi veinte años.
IV
Sirva en fin, este funeral, este homenaje y nuestros rezos, por el alma del insigne imaginero Salvador Páramo y López; para honrar la memoria de nuestro ancestro, un magnífico escultor y además, un hombre bueno, humilde y trabajador, pero que como suele ocurrir en todas las épocas en la España de nuestros quereres y nuestros pesares, nunca recibió las honras que merecía.
Sus descendientes más volcados, nos hemos conjurado para poner en valor su vida y su obra, para que sirva como ejemplo a las generaciones presentes y venideras.
Salvador, nuestro lejano abuelo, está hoy aquí cerca, presente en nuestros rezos y nuestras almas y él seguro que desde allí arriba rogará y velará por todos nosotros, su familia.
Como dice el refrán, aunque hayan pasado ciento veinticinco años: Nunca es tarde para el bien hacer; haz hoy (lo bueno) que no hiciste ayer".
Muchas gracias por vuestra presencia».


Después, se continuo la misa propiamente dicha en la que estuvo especialmente cariñoso el capellán con la figura de Salvador, conocedor aquél de la figura del imaginero, ya que había "buceado" en la red para informarse de la vida y milagros del homenajeado.


Capellán de la Sacramental durante la Homilía (foto Bruna)

Al acabar la misa nos dirigimos al exterior para proceder a colocar en la tumba un precioso centro que había confeccionado Ángeles Bruna Páramo, mi prima, tataranieta como yo del Escultor.


Pero esto es ya punto de la siguiente entrada...
























miércoles, 22 de abril de 2015

1.-BIENVENIDOS

Bienvenidos a la página creada para conmemorar el 125º aniversario del fallecimiento del imaginero madrileño D.Salvador Páramo y López.



El proximo día 25 de abril de 2015 a las 12 a.m., nos reuniremos los descendientes del insigne escultor D.Salvador Páramo y López en la capilla del Cementerio de San Justo, para conmemorar el 125 aniversario de su muerte, acaecida el 25 de abril de 1890 en su domicilio familiar y estudio de la Plazuela de San Javier nº 6.

Todos los que deseen acudir están invitados, en especial los descendientes de sus tres hijos, Pilar, Loreto y Miguel, que fueron los únicos que tuvieron descendencia: los Zamorano (de Pilar), los Arnaiz (de Loreto) y los Páramo (de Miguel).

Salvador tuvo seis hijos que le sobrevivieron:

Salvador (General de División Ingeniero de la Armada, no tuvo hijos); Pilar (se casó con el discípulo de su padre: Ángel Zamorano); Concepción (se quedó soltera y está enterrada con sus padres); Loreto (que se casó con Luis Arnaiz); Miguel (se casó con Juliana Laina) e Hilario (se casó dos veces y aunque tuvo hijos, se le murieron pequeños).

Seguiremos informando, no obstante, si quieres saber más accede al artículo publicado en Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Salvador_P%C3%A1ramo_y_L%C3%B3pez


Juan Carlos Zamorano Guzmán y Ángeles Bruna Páramo
 Tataranietos